La mujer en la publicidad

No es novedad que la mujer siempre ha sido un tema muy importante si hablamos de publicidad y de discriminación, pero ¿nos hemos detenido a pensar y a analizar cómo ha evolucionado este rol durante el tiempo?

Durante la década de los 60 la mujer era vista como un símbolo elegante y hermoso, perfecta desde diferentes puntos de vista, siempre esbeltas y blancas, una mujer dedicada al hombre, que compra productos de belleza para encontrar a su príncipe azul o para que su esposo la ame más, o productos de la casa para tenerla siempre limpia. En el fondo una mujer sumisa y sometida al patriarcado, sin voz ni voto.

Durante los 70 esta imagen se revela y muestra a mujeres que beben alcohol o fuman cigarros, pero siempre vista desde un ámbito sexual, siempre sexys, con cuerpos perfectos, voluptuosas y con poco contenido intelectual. Así podría seguir con miles de paginas infinitas sobre cómo el rol de la mujer siempre ha sido disminuido, sexualizado y sometido, pero ¿qué estamos haciendo hoy, para cambiar esto?

Hoy en marzo de 2022, la publicidad, el rol de la mujer y el feminismo ha evolucionado de manera exponencial, si bien, aun estamos muy por debajo para llegar a hablar de igualdad y de equidad, siento que cada día se gana un granito de arena sobre este territorio, pero no basta sólo con declaraciones vacías o aprovecharse del tópico del momento, se necesitan compromisos reales. Es necesario que las marcas realmente aporten a la sociedad, sean genuinas y reales en ese compromiso.

La sociedad ya no es la de los años dorados de la publicidad con esa visión tremendamente sexista, poco inclusiva y racista. Algo de mal gusto, penoso y hasta vergonzoso. Ha cambiado y me atrevo a señalar que más que una moda, es un nuevo paradigma.

El rol sexy y elegante de la mujer en publicidad, es cosa del pasado, y no sólo el de la mujer, el del hombre macho de la casa también se fue. ¿No será la hora de que las compañías también cambien el foco? hoy somos diferentes, queremos inclusión real, diversidad real.

Por Rocío Gómez, Directora de Cuentas, Inbrax.